922 324 444 ext. 2025 webbiblioteca@villadelaorotava.org
     En las últimas semanas, la Biblioteca Municipal ha podido informatizar la catalogación de una importante representación de obras originales de Manuel Fernández y González (Sevilla 1821 – Madrid 1888), escritor muy prolijo del siglo XIX español que cosechó un gran éxito durante la segunda mitad del siglo, siendo el autor más representativo de la novela por entregas o folletín.
    Fue autor de unas trescientas novelas,en su mayoría de género histórico aunque revestidas con toques aventureros, entre las que destacan Men Rodríguez de Sanabria (1851), El pastelero de Madrigal (1862), El cocinero de su majestad (1857), El Conde-Duque de Olivares (1870)… Escritor afiliado al costumbrismo, se hace patente esta característica en obras como Los desheredados(1865) y Los hijos perdidos (1866), y en su dedicación a narrar las aventuras de bandoleros célebres como en Diego Corrientes, historia de un bandido célebre (1866), José María el Tempranillo, historia de un buen mozo (1886) o El Chato de Benamejí, vida y milagros de un gran ladrón (1874). Algunas de estas novelas de bandoleros fueron editadas hacia mediados del siglo XX en revistas quincenales o mensuales  como relatos de aventuras y romance ilustrados, ediciones que también pueden consultarse en nuestra Biblioteca.


     Su estilo literario fue muy criticado, tanto en su tiempo como en nuestros días, ya que, aún reconociendo sus cualidades narrativas, se le acusa de haber degenerado la novela histórica en novelas de aventuras, atribuyéndole una imaginación calenturienta, pero también “una esencial falta de erudición sólida, cierto mal gusto y falta de sentido crítico y ponderación.”

    
   En un artículo publicado en 1878 en Revista Contemporánea, editada en Madrid, se le describe como un autor de una “imaginación meridional ardentísima, inventiva poderosa e inagotable, inspiración arrebatada y grandiosa; tales son los dones que engalanan al Sr. Fernández y González. Condiciones tiene para ser uno de nuestros grandes líricos, dramáticos y novelistas […]«, para a continuación añadir “[…] émulo de Alejandro Dumas, no ve en la novela otra cosa que la acción, y a ésta lo sacrifica todo. Aglomerar aventuras, buscar efectos, causar sorpresas, hacer desfilar ante el lector sucesos y personajes a cual más extraordinarios, en suma, reproducir bajo formas modernas el libro de caballerías; tal es su objetivo, y tal también el de la funesta escuela que ha fundado entre nosotros. Ni la inteligencia, ni el corazón, hallan goce alguno en obras tales; solamente la fantasía se recrea pasajera y superficialmente con aquella inacabable serie de portentosas aventuras; tal es el fruto necesario de la imaginación entregada a sí misma, y no contrapesada por las facultades reflexivas de la mente humana […]”

(http://www.filosofia.org/hem/dep/rco/0170242.htm Revista Contemporánea, año IV, núm. 68. Madrid, 30 de septiembre de 1878 Tomo XVII, vol. II, págs. 242-247 Manuel de la Revilla).

Su ritmo frenético de escritura, no pausado, fuera el que quizás daba crédito a estas críticas: “[…]Cierto era que Fernández y González no defraudaba a sus editores. Escribía incansablemente, a una velocidad inaudita, y, en ocasiones, para atender dignamente a sus compromisos, dictaba o escribía, a la par, dos o tres novelas. Valíase, a menudo, de amanuenses o taquígrafos, entre los cuales, por cierto, se hallaron dos escritores llamados a ser célebres, cada uno en su género: Tomás Luceño y Vicente Blasco Ibáñez […]”. (http://loshernandez.wordpress.com/2009/02/28/manuel-fernandez-y-gonzalez-%C2%ABhistoria-de-un-hombre-contada-por-su-esqueleto%C2%BB-1976/)

La muestra de las láminas que ofrecemos en nuestro tablón en Pinterest es una pequeña representación de las ilustraciones contenidas en ediciones originales depositadas en esta Biblioteca,  fechadas entre 1853 y 1871, editados principalmente por Urbano Manini, Gaspar Roig, José Espasa..:

  • Men Rodríguez de Sanabria, (memorias del tiempo del rey don Pedro el Cruel) : novela histórica. En Madrid, Gaspar y Roig, 1853
  • Los hijos perdidos : segunda parte de Los desheredados. En Madrid, Manini Hermanos, 1865
  • Diego Corriente : (historia de un bandido célebre). En Madrid, Miguel Guijarro, 1866-1867
  • Mantos, capas y sombreros ó El motín de Esquilache. En Madrid, Urbano Manini, 1870
  • La luna de miel : y La luna de hiel. 2ª ed. En Barcelona, José Espasa, [s.a.]
Algunos de los ilustradores contenidos en estas ediciones:

  • Alfredo Perea Rojas (1839-1895), pintor, dibujante e ilustrador madrileño, ilustró la obra Diego Corriente, Miguel Guijarro, 1866
  • Vicente Urrabieta y Ortiz (Bilbao, 1813 -París,1879), destaca por su imaginación y sus vis humorística, que desarrollaría en numerosas publicaciones satíricas. Junto al anterior, ilustra también la obra Diego Corriente, Miguel Guijarro, 1866. 
  • Antonio Manchón (18??), desarrolló una intensa actividad como xilógrafo en la década de los sesenta y setenta del XIX, publicando en revistas como El Museo Universal, La Ilustración Española y Americana o Arte de España. Ilustró Los hijos perdidos, Manini Hermanos, 1865.
  • Eusebi Planas i Franquesa (1833-1897) fue un  dibujante, acuarelista y litógrafo catalán,  autor de una enorme producción que le convirtió en uno de los más importantes de la segunda mitad del siglo XIX, “creando el prototipo de belleza decimonónica femenina”. Ilustra la obra  Luna de miel – Luna de hiel, José Espasa, (s.a.)
Etiquetas: