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La Biblioteca Pública Municipal de La Orotava quiere conmemorar el Día de las Bibliotecas con la traducción al español de unos fragmentos de la conferencia pronunciada por Neil Gaiman para la Reading Agency (Agencia para la Lectura), publicada recientemente en la sección de libros de la web de The Guardian. La exposición que realiza Gaiman, cuyo título puede traducirse Por qué nuestro futuro depende de las bilbiotecas, de la lectura y de la ensoñación: una conferencia para explicar por qué el uso de nuestra imaginación y el fomento de su desarrollo en los demás es una obligación de todos los ciudadanosconstituye en sí toda una declaración a favor de la lectura, la ficción y la imaginación, a favor de las bibliotecas como centros de información, de esparcimiento, de encuentro y de educación continuada. Un manifiesto que a todos atañe y que recomendamos leer íntegramente y en su idioma original.
Neil Gaiman, defensor incansable del universo del libro y las bibliotecas, expone su deber como lector, escritor y ciudadano con la lectura, el papel que juega la ficción en el desarrollo de la imaginación y las ideas, la invención y el desarrollo; defiende la ficción como fuente de enseñanza, como un gran recurso para cambiar la mirada que tenemos del mundo que nos rodea y generadora de empatías sociales, como vía para un escapismo positivo y constructivo:

La necesidad de saber qué ocurre después, querer dar la vuelta a la página, la necesidad de continuar, incluso si es duro, porque alguien está en problemas y tienes que saber cómo va acabar… es un gran incentivo. Y te fuerza a aprender nuevas palabras, tener nuevos pensamientos, a mantenerte en la lectura. Se descubre que la lectura en sí es agradable. Cuando aprendes ésto, estás en el camino para aprender cualquier cosa. Y la lectura es la clave.

[…]

La ficción puede mostrarte un mundo diferente. Te lleva a un lugar en el que nunca has estado. Una vez que visitas otros mundos, como ésos donde comes frutas mágicas, nunca más estarás contento con el mundo donde creciste. El descontento es bueno: la gente descontenta puede modificar y mejorar su mundo, hacerlo mejor, hacerlo diferente.

El escritor describe y defiende las bibliotecas como centros de información y de formación, para nuestra imaginación y para nuestro sentido crítico:

Las bibliotecas son libertad. Libertad para leer, libertad para las ideas, libertad de comunicación. Están por la educación (que no es un proceso que acaba el día que dejas la escuela o la universidad), por el entretenimiento, por la creación de lugares en los que te encuentras seguro, por el acceso a la información.

[…]

Las bibliotecas son lugares para que la gente obtenga información. Los libros son sólo la punta del iceberg: están ahí, y las bibliotecas pueden proveerte libre y legalmente de ellos. Muchos niños sacan en préstamos más libros de las bibliotecas que nunca – toda clase de libros: en papel, digitales y en audio. Pero las bibliotecas son también, por ejemplo, lugares para la gente que no tiene ordenador, que no puede acceder a internet, puede conectarse a la web sin pagar nada: más importante cuando las búsquedas y solicitudes de empleo o solicitudes de beneficios están migrando casi exclusivamente via online. Las bibliotecas pueden ayudar a estas personas a navegar por ese mundo.

Una biblioteca es un lugar que es un repositorio de información y da a cada ciudadano acceso igualitario a ella. Esto es saludable. Y mentalmente saludable. Es un espacio para la comunidad. Es un lugar de seguridad, un paraíso en la Tierra.

[…]

Las bibliotecas son puertas hacia el futuro. Así, es muy desafortunado que, alrededor del mundo, observemos autoridades locales aprovechando la oportunidad para cerrar bibliotecas como una manera fácil de ahorrar dinero, sin percatarse que están robando del futuro para pagar hoy. Están cerrando las puertas que deberían estar abiertas.

Tenemos la obligación de mantener las bibliotecas. Usar las bibliotecas, animar a otros a usar las bibliotecas, protestar por el cierre de bibliotecas. Si no se valoran las bibliotecas, entonces no se valora la información, la cultura o la sabiduría. Se está silenciando las voces del pasado y dañando el futuro.

Neil Gaiman finaliza exponiendo nuestras responsabilidades y obligaciones con el futuro, a través de la lectura, la palabra y la imaginación, nuestras obligaciones con el desarrollo de la inteligencia y la imaginación de los niños,  para los adultos en que se convertirán, para el mundo en el que van a habitar. Todos nosotros – como lectores, como escritores, como ciudadanos- tenemos obligaciones.

Tenemos la obligación de leer en voz alta a nuestros niños. Leerles cosas que les gusten. Leerles cuentos que nosotros ya estamos cansados de oír. Crear voces, hacerlo interesante, y no dejar de leerles cuando ya ellos aprendan a leer solos. Usando la lectura en voz alta como un tiempo invertido, un tiempo en el que no haya teléfonos conectados, en el que las distracciones del mundo queden afuera.

Tenemos la obligación de usar el lenguaje. Para nosotros mismos: para encontrar el significado de las palabras y cómo usarlas, para comunicar claramente, para decir lo que realmente queremos. No debemos congelar el lenguaje, o pretender que sea una cosa muerta que deber ser reverenciada, sino usarlo como algo vivo, que fluye, que toma prestadas palabras, que permite que los significados y las pronunciaciones cambien con el tiempo.
[…]

Todos nosotros -adultos y niños, escritores y lectores- tenemos la obligación de soñar. Tenemos la obligación de imaginar. Es fácil pretender que nadie pueda cambiar nada, que estamos en un mundo en el que la sociedad es enorme y el individuo es menos que nada: un átomo en el muro, un grano en un campo de arroz. Pero la verdad es que los cambios individuales modifican nuestro mundo una y otra vez, los individuos crean el futuro, y lo hacen imaginando que las cosas pueden ser diferentes.

Tenemos la obligación de hacer la cosas bellas. No dejar el mundo más feo que como lo encontramos, no vaciar los océanos, no dejar nuestros problemas para la siguiente generación. Tenemos la obligación de sacudirnos nosotros mismos, y no dejar a nuestros niños un mundo que hemos perdido con nuestra visión miope, mal gestionado y paralizado.

Tenemos la obligación de decir a nuestros políticos lo que queremos, a votar en contra de los políticos de cualquier partido que no entienden el valor de la lectura en la creación de verdaderos ciudadanos, que no quieren actuar para preservar y proteger los conocimientos y fomentar la alfabetización. Esto no es una cuestión de política de partidos. Este es un asunto de toda la humanidad en común. 

A Albert Einstein le preguntaron una vez cómo podemos hacer que nuestros hijos sean inteligentes. Su respuesta fue simple y sabia: «Si usted quiere que sus hijos sean inteligentes», dijo, «léale cuentos de hadas. Si usted quiere que sean más inteligentes, léale más cuentos de hadas.» Él entendió el valor de la lectura y de la imaginación. Espero que podamos dar a nuestros hijos un mundo en el que ellos lean, y sean leídos también, e imaginen, y entiendan.

Neil Gaiman (Reino Unido, 1960) es autor de cómics, novelas juveniles, algunos títulos para adultos, guionista de televisión y cine, que ha recibido, entre otros, el Premio Hugo, otorgado a autores de fantasía y ciencia ficción.
La serie anual de conferencias de la Reading Agency se inciaron en 2012 como una plataforma para los principales escritores y pensadores que quieran compartir ideas desafiantes originales acerca de la lectura y de las bibliotecas.

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