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La Ilustración de la Mujer, Revista de Modas y Salones y Esmeralda Cervantes


Retrato de Esmeralda Cervantes
en La Ilustración de la Mujer 

Dentro del Fondo Fernando del Hoyo-Laura Salazar se encuentra un tomo encuadernado que contiene los veinticuatro primeros números de la revista La Ilustración de la Mujer y su suplemento Revista de Modas y Salones, editadas a finales del siglo XIX, 1883-1884 concretamente.
Este tesoro bibliográfico que, hasta donde sabemos, únicamente está disponible dentro de la red de Bibliotecas Canarias BICA en la Biblioteca Pública Municipal de La Orotava, es un ejemplo más de la capacidad económica y del estatus social de las familias más aristocráticas del Valle de La Orotava. Pensemos si no las dificultades que podía haber para que esta publicación, editada en Barcelona (repetimos, entre 1883 y 1884), terminase formando parte de los fondos particulares de una familia del Archipiélago.  
Se trata de un artículo repartido en tres de los números de Revista de Modas y Salones que lleva por título «Un recuerdo de mis viajes: ascensión al volcán el Teide». El relato lo firma Esmeralda Cervantes (personaje desconocido para nosotros hasta ese momento) y en él la autora narra su llegada a Tenerife camino de América y la expedición que se organiza para llegar hasta el Teide desde La Orotava. 
  Número 20 de Revista de Moda y Salones,
comienzo del relato de Esmeralda Cervantes
Tras pertrecharse en el Hotel Fumagalli (situado en la calle del Calvario nº 1 y conocido también por Hotel Teide, Casa de Huéspedes Teide o simplemente Hotel Pico1), propiedad de Luis Fumagallo y Gall -un italiano afincado en Canarias- inician el viaje “Por camino torcido y pedregoso”, alcanzando un monte que en esos momentos debía ser espectacular a tenor de las palabras de Esmeralda Cervantes: “jamás espectáculo más grandioso se presentó a mi vista”. 
A partir de ahí la narración continúa y aparecen gran cantidad de topónimos conocidos para los senderistas y visitantes del parque: Pino del Dornajito, considerado un área de descanso desde que fue descrita en 1715 por el británico J. Edens en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society ; el Montón de Trigo ; la Estancia de los ingleses, a casi 3000 metros de altitud ; la Gruta del hielo (hoy Cueva del hielo o de los cazadores) ; «Alta Villa» (Altavista) ; La Rambleta ; El Pan de azúcar y, por fin, la cúspide del Teide 

“¡Grandioso espectáculo que sólo pueden describir plumas como la de Castelar o poetas como Balaguer o Zorrilla!”   

El pasado 10 de abril el periódico El Día publicó, dentro de su suplemento La Prensa, un amplio reportaje redactado por José Manuel Ledesma Alonso, de la Tertulia Amigos del 25 de Julio, con el título «90 aniversario del fallecimiento de Esmeralda Cervantes» dentro del trabajo de esta asociación por “rescatar del olvido a personajes que en su época destacaron en el ambiente social, cultural o político de Tenerife”.
Artículo de José Manuel Ledesma Alonso
publicado en El Día
Así, la desconocida Esmeralda Cervantes pasó de la noche a la mañana a sernos altamente familiar. Descubrimos (merece la pena leer el artículo de Ledesma Alonso) que tuvo una vida de novela. Su verdadero nombre era Clotilde (o Clotildina) Cerdá y fue concebida en una relación extramatrimonial de su madre, la pintora Clotilde Bosh y Carbonell. No debió ser poco impactante el hecho en la sociedad barcelonesa del momento y madre e hija, cuando ésta contaba con apenas tres años, se vieron obligadas a abandonar el hogar familiar. 
Sin embargo su madre se convirtió en dama de honor de la reina Isabel II en su exilio en Francia y allí probablemente la suerte de ambas cambió. Clotildina se convierte en una virtuosa del arpa y es el mismísimo escritor Victor Hugo quién le “regala” el pseudónimo Esmeralda, el mismo nombre que la protagonista de su obra Nuestra señora de París, mientras que el Cervantes se lo daba la reina en honor al más conocido escritor castellano. 
Esmeralda Cervantes fue solista de la orquesta que dirigía Richard Strauss, actuó ante la reina de Inglaterra y el presidente estadounidense Grover Cleveland, hizo giras por Sudamérica, tocó en la Exposición Internacional de Filadelfia en 1876, en el Madison Square Garden, Lisboa, Roma… y Tenerife.
Ciertamente a Esmeralda Cervantes debió de seducirle la isla desde que en 1880 ofreció varios conciertos en el Teatro Municipal de Santa Cruz, dando la recaudación al General Valeriano Weyler para que pudiese financiar las obras de una plaza que se estaba construyendo en la capital tinerfeña, plaza que por cierto terminaría llevando el nombre del militar. Es en este año, los días 02, 03 y 04 de agosto cuando realiza la ascensión al Teide. 
Varias décadas después (1902) se instala en Santa Cruz de Tenerife donde reside hasta su fallecimiento en 1926, siendo enterrada en un imponente panteón en el cementerio de Santa Lastenia. En estos años Esmeralda se implicó en la sociedad santacrucera desde su profesión como músico, ya fuese como intérprete, compositora, profesora o directora de coro, hasta el punto que el Ayuntamiento de Santa Cruz le concedió una calle en 1934.  
En la hemeroteca de la Biblioteca Pública Municipal de La Orotava podrá consultar tanto el periódico El Día del 10 de abril de 2016, que recoge el artículo anteriormente citado, como Revista de Modas y Salones en la que la arpista catalana relató su ascensión al Teide. No obstante, los números de La Ilustración de la Mujer y su suplemento se encuentran digitalizados en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica y pueden consultarse y/o descargarse gratuitamente.

 1 Báez Arbelo, Teresa. George Grahan Toler (1850-1929): estancia de un noble inglés en Tenerife. La Orotava: Ayuntamiento de la Villa de La Orotava, 2003, p. 46

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